La semana pasada tuvo lugar Gestionando
Hijos, un evento vertebrado a partir de la educación y que contó grandes
expertos en la materia y conocidos conferenciantes entre los ponentes.
¿Conferencias y educación? Era demasiado
irresistible. Pedí el día libre en el trabajo y gracias a Coca-Cola, proveedor
de mi empresa y patrocinador de la jornada, y la gestión de mis compañeros, pude asistir desde las primeras
filas a la que espero sea la primera de muchas ediciones de este encuentro.
Dejar claro que si hubiera tenido que pagar la entrada lo hubiera hecho
gustosa y al terminar hubiera decidido que
había sido un dinero muy bien invertido.
Me gustaría compartir desde este blog lo
que allí se vivió, para todos aquellos educadores, ya sean madres, padres, abuelos, tíos,
maestros o cualquier otro rol que tenga influencia en el día a día de un niño.
Mi primera reflexión es que la sala 25 de
Kinépolis estaba llena. Hasta la bandera. Y que el evento fue trending topic en
cuanto empezó a hablar Javier Urra.
Hace unas semanas Risto Mejide tuvo el
valor de poner en prime time en una televisión nacional a José Antonio Marina
para hablar de los problemas de la educación en España, y también fue trending
topic.
Este año 2014 Malala Yousafzai, una joven
afgana de 17 años, ha sido galardonada con el Premio Nobel de la Paz por
defender el derecho a la educación de las niñas en su país y se ha convertido
en un altavoz internacional de esta reivindicación esencial por la que tanto
falta por hacer.
Es decir,
LA EDUCACIÓN NOS IMPORTA.
Leo Farache, maestro de ceremonias de la
jornada, utilizó la conocida cita de Mandela para contextualizar todo lo que
vendría a continuación:
“La educación es el arma más poderosa que
existe”
Y yo me pregunto… ¿Alguien lo duda?
“Gestionando hijos”... Antes de que Enrique
Sánchez de León, Director General de APD y Javier Urra entraran a diseccionar el título desde frentes opuestos el título, a mí ya me había hecho pensar. A los hijos se
les quiere, se les educa, pero también se les gestiona. Tener hijos implica
administrar un presupuesto, organizar una logística, manejar intereses (suyos
y propios, a veces contrapuestos), aspiraciones, emociones… Así que creo que va
a ser en lo único en lo que voy a llevar la contraria a Javier Urra; Gestionando Hijos no es un mal título.
Las ponencias fueron de lo más variadas y
con un contenido para pensar y debatir. Aquí van los mensajes más importantes:
1. Enrique
Sánchez de León, Director General de APD habló de
la necesidad de conectar el mundo de la empresa con la educación.
Algo obvio, no tiene ningún sentido que
si los niños van a pasar más de dos tercios de su vida en la empresa no hayan
tenido contacto alguno con ella. En la universidad es imprescindible, ¿pero por
qué no en bachillerato, secundaria o incluso primaria? Tal vez nos ayudaría a
dar sentido a aquello que tienen que estudiar y facilitaría su integración en
el mundo laboral y, por tanto, su felicidad.
2. Javier
Urra fue el primer Defensor del Menor y es uno de
los referentes indispensables cuando se habla de infancia, al menos en mi
opinión. Lo primero que hizo fue cuestionar el concepto: a los hijos no se les
gestiona. Se educa uno con ellos. A lo largo de su charla, “¿Por qué es importante que padres y madres
lo hagamos bien?" nos dio algunas pistas:
- la importancia del arraigo familiar (Una rama atada a un árbol no da fruto)
- los niños tienen que aprender a aburrirse, a gestionar la soledad, a despedirse de la vida
- es muy cierto que no podemos aislar a los niños en una burbuja y tenerles entre algodones para que no sufran. La vida se encarga de romperla, en nuestras manos está prepararles para saber gestionarlo. El 50% de los padres acabarán separados. ¿Les preparamos para ello? Es esencial la alfabetización emocional de los niños.
- El niño es un fin en sí mismo, la educación es un medio.
- Los niños no son el futuro. Son el presente, y tienen futuro. Los jóvenes son la ESPERANZA.
- Las acciones de la infancia se establecen como hábitos de la vida adulta.
- Tenemos que enseñarles a desarrollar el autodominio y el uso de la razón para que no se conduzcan por el impulso.
- Tienen que saber construir su identidad sin rechazar a los que son distintos.
- Hay que dotar a los niños de ideales, de un proyecto existencial.
- Deben saber qué es la empatía, saber qué siente el otro (aunque no quiere decir que lo compartan)
- También deben saber ser libres para autodominarse.
- Fomentar su autonomía: educarles para que se emancipen. Y para eso, ¿por qué no mandarles a campamentos? A que miren las estrellas, y compartan la cantimplora.
- Una idea maravillosa: dotemos a los niños de su derecho a dar. Y ponía el ejemplo de los excesivos regalos que reciben nuestros hijos de los Reyes Magos. Ellos están en su derecho de regalar alguno de ellos a algún niño que lo necesita más.
- Ya que existen, debemos hacer conscientes a nuestros hijos del dolor, de las injusticias. Deben ser sensibles y no conformarse.
- Importantísimo: trasladarles el humor. Reírnos de nosotros mismos. Enseñarles a relativizar, a priorizar, a dar a las cosas la importancia que tienen.
- Ser muy conscientes de la importancia del lenguaje, que es esencial para transmitir el cariño y la gratitud.
de preguntas explicó lo que hacía con sus hijos cuando eran pequeños y hacían algo que no debían. Él no les castigaba, les sancionaba. Y a continuación les decía “te quiero”. Es decir: como consecuencia de tus actos, que sabías de antemano no eran correctos, te privo de algo que tú quieres, porque es lo mejor para ti., para tu formación como persona y para tu futuro. Y así se lo transmitía.
3. David
Cuadrado nos habló de “Coaching para padres que quieren ser coachers de sus hijos”.
Hay un eterno debate entre genética y aprendizaje.
Para fomentar un nuevo hábito resulta
imprescindible desmontar el antiguo, y es una cuestión de coherencia y
persistencia, no se consigue de un día para otro.
Hay que huir de las soluciones fáciles y
pensar. Pensar significa pararse a pensar. Parar. Y reflexionar sobre aquello
en lo que te has equivocado, que podrías haber hecho de otra manera para que
ahora las cosas funcionasen mejor.
Establecer normas. Mejor pocas, pero muy
bien definidas.
Un concepto clave: COOPETIR (Cooperar y competir). Se trata de incrementar la competitividad a
través de la cooperación (obtengo mejores resultados si te ayudo y me ayudas).
No es malo competir entre equipos, pero
¡sí lo es cuando se compite dentro del mismo equipo! Es lo mismo que sucede en
las empresas, aplicado a las familias.
Para ser buenos coachers de nuestros
hijos podemos crear hábitos de inteligencia emocional, confianza, solidaridad,
creatividad, gestión activa de conflictos…
Si algún día tengo oportunidad, le
contaré a David Cuadrado cómo mi hija, con 5 años, intentó negociar que le
perdonara un castigo y me dijo: mamá, escúchame, que te voy a proponer algo que
te va a interesar a ti más que a mí. Una pitufa impartiendo lecciones de
negociación nivel alta dirección de empresas. No debo de tener precio como
coacher…
4. Eva
Bach nos habló de una cuestión fundamental, la
colaboración familia y escuela. “Madres,
padres y profesores remando en una misma dirección” era el título de una
ponencia que comenzó ilustrando con la anécdota de una competición de remo en
la que en uno de los equipos los remeros se sentaron enfrentados, remaban en
direcciones contrarias… La barca daba vueltas y vueltas sin avanzar, los
remeros se pusieron nerviosos, remaban más fuerte, la barca seguía sin avanzar
y ellos acabaron extenuados, culpabilizándose mutuamente del fracaso.
Familia y escuela van en la misma barca,
la de la educación de los niños. Deben sentarse juntos, mirando y remando en la
misma dirección.
Principios fundamentales de esta
colaboración:
- Confianza: Los padres tenemos que estar convencidos de que los niños están en buenas manos.
- Sintonía de fondo: los objetivos, motivaciones, sentimientos y valores de base deben ser coincidentes o parecidos.
- Tener claras las funciones de cada cual.
- En el cole, las normas del cole. Los niños necesitan que las personas responsables de su educación nos respetemos y validemos mutuamente.
- Asertividad.
- Los profesores menos brillantes también educan y debemos visibilizar sus cosas buenas ante nuestros hijos. “No me gusta” no significa “no vale". De lo que no nos gusta también podemos aprender.
- Responsabilizar a nuestros hijos: aprender es tarea suya, solucionar conflictos también. Debemos darles herramientas emocionales para gestionar esa relación.
- Contagio emocional positivo: ¿Qué emociones estamos transmitiendo? Reflexionemos sobre ello. Si verbalizamos “me gusta tu nuevo profe” o “¡de tu nuevo profe me gusta esto!”, estaremos transmitiendo ternura, entusiasmo. ¡Lo necesitan!.
- Ser buenos aliados de los profesores. No tenemos que aliarnos con nuestros hijos contra los profesores, sino aliarnos con los profesores a favor de nuestros hijos.
- Revalorizar el prestigio social del profesorado.
Hay formas y formas de que una marca se
haga relevante en un evento. He trabajado muchos años en patrocinio y no suelo
escribir sobre marketing (rara manía), pero voy a hacer una excepción. Ikea era
uno de las marcas que apoyaron Gestionando Hijos. Hace unos días escasos
lanzaban la campaña viral “La otra carta”, con
un emocionante spot grabado en el colegio LaSalle Nuestra Señora de las Maravillas en Madrid. Tras contarnos en forma
de bonito cuento la historia del origen de la firma pusieron el spot,
protagonizado por madres blogueras y sus hijos, a las que Ikea había invitado
al evento, con el consecuente impacto de su acción en redes sociales.
La gente no rechaza a las marcas cuando
dicen la verdad. Esta campaña nos hace pensar y el resultado es que los/as que
somos target la compartimos y enlazamos con gusto.
El primer bloque de contenido lo cerró una
de las mejores conferencias que he visto en los últimos años:
5. Catherine
L’Ecuyer nos habló sobre “Educar en el asombro y la belleza”.
Cuando los niños nos hacen preguntas como
“¿Por qué no llueve hacia arriba?” no buscan una explicación. Están demostrando
algo maravilloso: que no dan las cosas por supuestas. Eso es el asombro.
En las cabezas de los niños se estrena el
mundo cada vez.
“El asombro es deseo para el
conocimiento” Tomás de Aquino.
A los adultos nos preocupa cuando los
niños no aprenden al ritmo esperado, y que no están motivados. El asombro puede ayudarnos. ¿Cómo
respetarlo?:
- Con silencio. Debemos dejar a los niños espacio para pensar. Apagar la tele, la tablet, el smartphone. No podemos tener un sistema educativo en el que no haya espacio para la reflexión.
- Respetar los ritmos de los niños. Siempre les pedimos que se den prisa. Debemos dejarles estar donde están, y no hacerles sentir que deberían estar ya en otro sitio.
- Respetar las etapas de la infancia.
Hay que hacer que los niños vean lo que hay alrededor como un regalo, no
como un debido, hay que abrir sus sentidos.
Los niños encuentran satisfacción en
descubrir, pero inmediatamente necesitan compartir lo que han descubierto.
Deben tenernos cerca para eso.
Para ellos es importante la rutina, pero
la rutina con sentido, aquello que se repite un día tras otro, de la misma
forma, acompañado por una persona que le quiere.
Los niños siempre triangulan: descubren,
miran a mamá en busca de una interpretación y elaboran un significado. Educar
es la respuesta que se da a esa reacción de asombro.
Hay dos cosas que provocan asombro: la belleza y el misterio.
La belleza es la expresión visible de la
verdad y la bondad.
El misterio es una
oportunidad de conocer, un punto de luz en la oscuridad. El misterio debería
tener mucho más protagonismo en educación, en la sociedad.
Los padres y madres debemos tener
sensibilidad para que nuestros hijos descubran la verdadera belleza, porque es
muy difícil desplazar lo que ha entrado en el corazón de un niño. Es importante
dar a la belleza oportunidades para entrar.
El blog de Catherine L’Ecuyer es www.apegoasombro.blogspot.com.es
6. Tras el descanso, Mª Jesús Álava nos habló sobre un problema común: la “Sobreprotección: pasarse de padres y madres”.
Posiblemente sea cierto que nunca ha
habido padres y madres tan preocupados por la educación. Un evento como este no hubiera tenido lugar hace una década. Tampoco hemos tenido
tanto acceso a la información y tan poco (por lo general y lamentablemente)
tiempo para dedicarlo a nuestros hijos.
Nuestra prioridad es que nuestros hijos
sean felices, pero cuando se les pregunta a los jóvenes resulta que no lo
sienten. Dicen que necesitan sentirse más queridos. ¿Qué estamos haciendo mal?
La sobreprotección viene de la
culpabilidad.
Los niños no se sienten seguros cuando
ven que las cosas son fáciles, tienen miedo.
Sobreprotección es no dejar que los hijos
hagan cosas para las que están preparados.
Los niños sobreprotegidos son inseguros,
manipulables. No saben decir que no, por lo que son más vulnerables.
¿Cómo podemos evitarlo?
- Tenemos que dejarles que se enfrenten a su vida desde pequeños.
- Acompañarle sí, pero no hacer las cosas por él.
- Establecer un buen vínculo emocional.
- Favorecer la autonomía: dejarles hacer todo aquello que puedan hacer. Si no se saben valer por sí mismos se sentirán inseguros, fracasados, se hundirán ante el primer revés.
- La gente es más feliz cuando cuesta conseguir algo. El esfuerzo es un componente muy importante. Hoy, todo se regala a los niños a cambio de nada. Pero si no dan valor a las cosas hoy no darán valor a las personas en el futuro.
- Podemos ponerles pequeños retos: que aprendan a jugar solos, que sean capaces de pensar, de reflexionar, les ayudará a encontrar soluciones en su vida.
Algunos errores que debemos evitar:
- Intervenir en conflictos entre ellos. Deben resolverlo por sí mismos. Si no adquieren esta habilidad ahora no la tendrán en el futuro.
- Tenemos que dejar que acometan los aprendizajes que corresponden a su edad.
- Debemos diferenciar entre lo que queremos los padres y lo que necesitan los niños.
El estilo educativo de los padres es fundamental: ni permisivo ni autoritario, un estilo equilibrado establece límites y practica la comunicación. Es el que desarrolla las competencias emocionales de los niños de mejor manera.
¿Qué podemos hacer?
- Acabar con “el rey de la casa”; si pueden decidirlo todo, se acaban haciendo tiranos.
- Enseñarles a frustrarse, no facilitarles el acceso a todos los privilegios.
- Involucrarles en las dinámicas de la casa, incluyendo los problemas, no aislarles cuando existen. Todos deben tener responsabilidades y colaborar, incluyendo los niños.
- Darle importancia a la comunicación. Y recordar que no es vital hablar, sino escuchar.
- Es necesario poner normas de forma eficaz adaptadas a la edad.
- Usar el sentido común; estamos satisfaciendo tanto que perdemos lo esencial.
- Los niños aprenden por imitación. ¿Qué ejemplo estamos dando?
- Ayudarles en función de su edad.
- Educar sin violencia.
- Enseñarles que las cosas se consiguen con esfuerzo.
- Reforzar, rodear la frustración de estímulos positivos.
7. Maite
Vallet nos explicó “No a los castigos, sí a las consecuencias”.
El castigo es espontáneo, una
reacción a algo que está mal según un punto de vista personal. La consecuencia está
establecida. El niño sabe lo que pasará si hace algo en concreto, sabe a lo que
atenerse.
La consecuencia implica comprensión,
responsabilidad, posibilidad de corregir.
El castigo implica etiqueta, imposición.
Debemos establecer consecuencias que
ayuden a nuestros hijos a conseguir lo que les cuesta.
8. La siguiente ponencia nos puso a todos
los presentes los pelos de punta. Antonio Tobalina nos habló sobre “Educar en
la noche. Nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde”.
Dio datos escalofriantes sobre los
hábitos de ocio nocturno de los adolescentes, sobre el consumo de alcohol y sus
posibles consecuencias. Tobalina da talleres en colegios e institutos desde
hace 15 años para concienciar a los jóvenes de los peligros de la noche y el
alcohol.
Hubo dos ponencias más, pero no puedo
resumirlas. Lo primero que tiene que hacer una madre que quiere gestionar bien
es estar donde debe estar y llevar al colegio a mi hija a mediodía es una
prioridad que sólo dejo de cumplir por causa mayor.
Tenía muchas ganas de volver a Íñigo
Pírfano, al que conocí en el Día de la Energía Positiva de Galp Energía,
hablando sobre la resonancia como mejor aliado. Y también a Fernando Botella
(creo que hubiera sido la tercera vez), porque el título de la ponencia tenía
su miga: enséñales que la vida es chula, es mágica.
Otras madres blogueras han hecho reseñas
sobre Gestionando Hijos y se puede consultar la propia web del evento.
Desde mi posición un tanto raruna, mezcla
de madre, a punto de graduarme (si todo sale bien) en Educación Primaria y con muchos años de gestión de
marcas y organización de eventos a la espalda, me gustaría dar una vez más mi
más sincera enhorabuena a “Educar es todo” por la iniciativa, a Mas Cuota por
la organización y a las marcas que apoyaron el evento: Fundación SM (os aseguro
que llevaré la chapa con el mensaje “Me gusta la educación”, así sin logo ni
nada), Coca-Cola, Turismo de Malta, Ikea, Adecco, etc. Es muy significativo que grandes
organizaciones comprueben que apostar por la educación no es una cuestión de
responsabilidad social, es efectivo comunicativamente hablando.
Allí había muchas personas preocupadas
por una cuestión esencial para nuestro presente y nuestro futuro: padres, madres, maestros y maestras. Y no hubo más que ver el
impacto social el día del evento y la repercusión que va goteando los días
posteriores.
En el plano personal me encantó conocer en persona a Mariella y Marta, almas de
eSpectacular Kids, después de reseñas, correos y tweets cruzados, y reencontrarme con mamás emprendedoras, como Mónica de la Fuente, creadora de Madresfera.
Yo salí de allí habiendo aprendido cosas
nuevas, reforzando la mayoría de mis ideas sobre educación, y sobre todo
reconfortada.
Me quedo con la frase de Javier Urra para
cerrar: los jóvenes son la ESPERANZA.
Pero depende de nosotros orientarla en el
sentido adecuado. Hagámoslo bien. Aprendamos a #EducarMejor.
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